miércoles, 26 de marzo de 2008

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Y venia caminando con Gella por la avenida Rivadavia, todavia pensando en el reciente encuentro que habian tenido hacia algunas cuadras atras, considerando seriamente la posibilidad de que no haya sido casual. De cierta manera este pensamiento lo afecto bastante, imaginaba que todo habia sido planeado, que Gella era conciente de que de este lado las casualidades no existian. Y empujado por la paranoia que le producia su eventual presencia, trataba de aludirla, de no acercarsele demasiado, de eludirle la mano que le queria agarrar, por temor a que ponga en marcha algun plan que habia gestado detras de sus espaldas. No iba a conseguir lo que queria si todo habia sido orquestado. Si bien estaban separados por una distancia espacial de quince centimetros mientras caminaban por las estrechas veredas del barrio de Caballito atestadas de gente a esa hora del mediodia, sentia que otra distancia, no fisica, sino mas bien mental, los separaba vertiginosamente. Pero no podria hecharle toda la culpa a Gella, ese rechazo deberia provenir de otra causa, ella tan inocente a veces, no se imaginaba el lado maligno que ella podria ocultar para obtener a cualquier costo lo que ella queria. Pero no se podia sacar esa actitud arisca hacia ella, su rostro lo amenazaba a no dejarle otra opcion que ella, su mano que trataba de asirlo con el fin de no dejarlo escapar,de tenerlo cautivo para ella sola y presentarsele como el absoluto que el deberia adorar. Lo mejor seria escapar, irse lejos como sabia hacerlo ella con tanta elegancia y en un absoluto silencio. Ya estaba planeando la manera: primero, daria un salto hacia adelante como para tomar impulso, pasaria al hombre del sombrero que iba caminando delante suyo y lo esquivaria por la derecha, luego, para entorpecer a los transeuntes de Rivadavia, se meteria entre la madre y su hija que iban de la mano, las que se quejarian por ese joven atolondrado que no respetaba a nadie, y por ultimo, para crear una confusion final, cuando ya haya pasado a la vieja que iba caminando en sentido contrario, patearle el changuito de las compras para que la gente no pise las frutas y verduras por esa lastima a echar a perder la comida, aprovechando en ese momento de total distraccion, hacer su graciosa fuga, elevarse en la corrida y girar en la calle perpendicular mas cercana. Pero ese no era la forma en que Gella escapaba. Ella lo hacia de una manera donde pasaba desapercibida y no causaba todo el revuelo en la calle como el se lo habia planteado. Tampoco necesitaba correr, le bastaba con perpetuarse con un pensamiento durante un cuarto de hora y no dejarlo hasta que se decidiera volver con el. Asi lo habia hecho una vez y tal vez lo haria cuantas veces ella crea necesario. Pero tal vez sin darse cuenta el se habia escapado, tal vez no muy lejos y tampoco por mucho tiempo y seguramente que no con la calidad con la que lo hacia Gella, pero definivamente no habia estado presente ahi las ultimas dos cuadras. Feliz de haber descubierto su poder de abstraccion –porque en el fondo se trataba de eso, el saber abstraerse y alcanzar niveles tan altos como poder jugar una partida de ajedrez mental –se puso a silbar algo confuso que parecia un tango. En el fondo todo lo que el hacia se parecia un poco al tango.
Se palpo los bolsillos de la camisa y del pantalon como gesto convertido en el reflejo de buscar algo para fumar. Lamentablemente –para el –lo unico que encontro era un paquete vacio. Lo habia presentido, pero no queria cerciorarse porque sabia que le darian unas terribles ganas de fumar cuando confirmaria la falta de tabaco y la certeza de tener las monedas contadas. Gella, muy atenta a todos sus movimientos y con una decision de reconciliarse, entro en el primer quiosco y pidio un paquete de Parisiennes. Mientras estaba pagando, le pregunto a Victor que si queria cigarrillos. Pregunta innecesaria, ya que era obvio que ese paquete no era para ella, no eran los que ella fumaba, y para quien mas serian. Para evitar todo tipo de confusion con respecto al destino de ese paquete de cigarrillos, dijo .
Con un paquete lleno de cigarrillos, uno se vuelve generoso y siente la necesidad de convidar, y por supuesto que es mas facil convidar cuando tiene veinte que cuando le quedan tres. Se prendio uno para el y otro para Gella. La miro y ese gesto de reconocimiento no se debia a otra cosa que una inminente reconciliacion. Gella comprendio rapidamente la nueva situacion y se puso alegre. Se puso a tararear Lullaby of Birdland como si le saliera del pecho. Unicamente cantaba la letra cuando llegaba la parte de that’s the kind of magic music we make with our lips when we kiss, acaso porque era la unica parte que sabia o le interesaba saber. Victor se dejo tomar la mano finalmente porque habia cedido a su actitud arisca y de rechazo, no porque le habia comprador un paquete de cigarrillos, sino porque al comprarselos, se dio cuenta de cuanto necesitaba a Gella y mas en los momentos en que estaban distanciados, aunque esas distancias no sean reales, sino mas bien sentimentales. Nadie podria heber percibido el gesto infimo que el hizo al ver el paquete vacio, su cara de descontento y amargura, insatisfaccion, cosas que a menudo sentia. Y cuando no las sentia, sus sentimientos le hacian una tregua, que se hacia llamar Gella, que procuraba quererlo y protegerlo en ese mundo donde el se movia tan torpemente y llevandose todo por delante y sin saberlo, y sin estar enterado de lo que ella podria llegar a pensar o sentir, ya que nunca se lo habia preguntado ni imaginado, porque parecian que las cosas andaban bien, y solo cuando funcionaban mal empezaria a notar el descontento, ese rinon estropeado, el dolor de garganta de tanto fumar, en cansancio corporal, el miedo a morir, etcetera.
Siguieron caminando hasta llegar hasta la casa de Gella. Cuando ya estaban en la puerta, le entro la duda porque habia una posibilidad de que se diera media vuelta y dijera bueno, chau. Pero cuando dio dos vueltas a la cerradura de la puerta y la empujo con un golpe de caderas, el silencio lo invito a pasar automaticamente y la siguio detras hasta cruzar el portal y estar definitivamente adento, habiendo vencido habilmente la posibilidad de haberse quedado afuera, sin Gella, sin comida y sin nada que hacer. Mientras pasaban a la cocina pensaba que nunca habia existido la posibilidad de quedarse afuera, no viniendo de ella, comprensible, abarcadora casi como una madre, la Gella que ahora le ofrecia de comer y el la rechazaba humildemente, pero sin convencer. Igualmente saco del horno un pastel de papas que habia preparado ella misma, abundante como para que durase varios dias. Agarro un trozo grande y despues de morderlo lo puso en un plato y los dos se fueron hasta la habitacion picando pedazos de carne que se salia de la porcion que se deshacia. Se sentaron en la cama y charlaron un rato mientras terminaban con todos los pequenos pedazos que no habian comido. Gella miro para todos lados como buscando algo y cuando su busqueda fracaso, se limpio las manos en la remera. Le extranaban todas esas cosas que hacia ella que contrariaban los buenos modales que ella anunciaba verbalmente y que sacaba de su raro librito de Los modales a seguir para una dama en determinadas situaciones. Y estaba seguro que el librito en el capitulo de Como una dama debe comportarse durante las comidas no recomendaba comer en una cama, ni tampoco limpiarse las manos en la ropa, ni hacer cualquiera de las cosas que ella hacia automaticamente y sin pensarlo. Cuando volvio siguieron hablando de nada, tocando el tema de la nada, pero no el de la nada metafisica, no la nada de la que hablan los nadaistasoo la que intentan alcanzar la escuela alemana de Heidegger. Y nada le interesaba menos que esas conversaciones acerca de naderias, y por eso decidio besarla y mantener un poco callada a la Gella que empezaba a brotar ramas de palabras por la boca. La beso antes de que esas ramas crezcan y luego le sea imposible besarla, ya que no le parecia agradable besar a un arbol o una planta. Muy diferente a eso, Gella saco un cigarrillo del saco de el y lo encendio. Lo que salia de su boca ahora era humo, un humo espeso y muy blanco. Le recordo de la obligacion de fumarse un cigarrillo despues de comer. Encendio otro al mismo tiempo que pitaba el que se habia prendido y se lo dio. Y de esa forma estaban bastante a gusto los dos, sentados o acostados en la cama, fumando despues de haber comido. Si encontraba algo que le causara tanto placer no estaria ahi en ese momento. Cerro los ojos y paso el tren. No estaba acostumbrado a ese sonido, inusual en su cotidiano bullicio. Ahi era silencio y de repente, a las tres y veinte, un tren que pasaba a menos de una cuadra. Recordaba las primeras veces que habia ido al edificio de una persona, siendo chico y habiendo vivido su infancia lejos de ese lugar, donde no pasaban trenes ni autos tan frecuentes. Y paso el subte, el metro, que corria justo por debajo del edificio y penso que habia un terremoto, pero no quiso alarmarse considerando la tranquilidad frente a esa situacion del resto de las personas en esa casa. Y volviendo con Gella y este recuerdo bajo el brazo, quiso contarselo a pesar de que ella se estaria quedando dormida. Sabes, que yo cuando era chico.../Si.../...nunca antes habia estado en la capital en uno de esos.../...si, cuando eras chico.../...edificios por donde pasaba un subte debajo.../...si, nunca antes habias estado en la capital, si...
Era inutil. Forzar una conversacion con Gella era tan inutil como abrir una botella de vino con una llave inglesa (y lo sabia porque ya habia intentado ambas y habia fracasado en ambas). Solo restaba imitarla, ignorar el lugar, la habitacion, el plato con restos de pastel de papas en el suelo, usado como cenicero por el (Gella no habia tenido mejor idea de ignorar que se encontraba en el cuarto donde ella pasaba un tercio de su dia y utilizar todo el piso como depositario de cenizas y colillas de parisiennes. Penso que seria lo que pensaria del estado del suelo cuando se despertara, antes de quedarse dormido.
Antes de despertarse del todo noto que Gella se habia acomodado y se habia abrazado a el. Siguio durmiendo para ver si cuando volviera a despertar las cosas serian diferentes.

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