miércoles, 26 de marzo de 2008

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Gella a veces se comportaba como una nina, sufria regresiones en el tiempo que se detenian en su infancia. Abria un baul lleno de recuerdos y objetos tales como cuadernos de dibujo, hojas garabateadas, algunos papeles con poesias de cuando tenia trece anos, en fin, el tipo de cosas que Gella guardaba en un baul por algun motivo. Era una enorme caja negra donde se archivaba lo mejor de su produccion artistica, sus puntos cumbres en sus poemas infantiles y sus dibujos que le decian algo, tal vez que ella iba a ser una gran artista, una bailarina importante o una escritora mediocre, pero leida. Guardaba ese baul sus intenciones de convertirse algun dia en una mujer que viva del arte, que sea un homme-de-letres, o mejor, una femme-de-letres, haciendose famosa contanto su historia, al mejor estilo de Francois Sagan (su preferida), vivir a la sombra de la luna en laguna pocilga rodeada de personajes, ascender, seguir subiendo, y mas tarde, ya vieja, retirarse a la campina a redactar sus memorias.
Deberia haber pasado anos y anos para recolectar todo ese material guardado, de distintas edades y de generos muy diversos. Lo ultimo que habia hecho estaba fechado hacia un ano atras, mas o menos antes de conocerlo. El se preguntaba que le habia ocurrido a Gella para dejar de hacer las cosas que hacia. La respuesta mas facil era la desilusion, al ver que no podria llegar a ser lo que habia sonado, habia entrado en un estado de pesimismo incurable, tan fuerte como para dejar todo de lado y guardarlo bajo llave, y no abrirlo sino esporadicamente.
Lo mas seguro era que Gella habia entrado en un estancamiento emocional en donde se encontraba confundida, sin poder apuntar a un horizonte claro, y encontro mas facil dedicarse a tejer o a hacer pantallas de lamparas que tener encuentros todo el tiempo con su yo que no deseaba ver, con su lado mas sufrido y lleno de dudas, para restregarse por la cara las cosas que ella preferia ignorar concienetmente.
La tarea de Victor seria arrancarle poco a poco todo lo que ella queria esconder, todo lo bueno que podria salir de esa caja negra para poder impulsar el proceso creativo de Gella. Y es que era tan dificil para el, porque ella estaba atada fuertemente a todas las cosas pesadas, no podia solo pensar que lo pasado no pesa, sino que es mas bien una plataformo en donde poder apoyarse, olvidar las clases de danza que ella habia tomado desde nina, dejar de lado sus lecciones de piano nunca concretadas, soltarse de todas las cosas que la ataban para asi poder emprender vuelo hacia nuevos rumbos artisticos. Victor entendia a Gella, o por lo menos en ese tiempo tenia la creencia plena de entenderla, o por lo menos las partes mas generales de ella. Lo que no sabia era como solucionar el problema de su ostracismo, de su falta de voluntad de arreglar las cosas y consiliarse consigo misma. EL se habia autoadjudicado esa tarea, en vistas de que Gella no presentaba rasgos de querer arreglarse para poder volver a agarrar un lapiz y un papel y dibujar o escribir, lo primero que le salga.
Revisando algunos de los papeles de Gella, Victor habia encontrado cosas interesantes. Al parecer, Gella sufria reiteredamente el tan trillado miedo a la hoja en blanco. Habia firmado hojas y hojas en blanco como la conclusion de un trabajo insatisfactorio. Al reves de Mallarme, que imaginaba a la hoja en blanco como el lugar absoluto en el que se inscribia el todo, Gella se situaba frente a la hoja como el ejemplo del que no tiene que decir absolutamente nada. La firma indicaba que se habia rendido de tratar de que las ideas fluyan, habia esperado a que lleguen de la mano del tiempo y la paciencia que ella presentaba al sentarse frente a la hoja, pero nada. En una occasion habia dedicado un poema, en verso libre, a la temible hoja en blanco:

Hoja que me traes a escribir nuevamente
me acerco y tomo el lapiz suave
te espero a que empieces a dar ordenes
pero pasa el tiempo y nada aparece
Hoja que me traes a escribir
me asomo por la puerta y te miro
veo que nada hay en la hoja en blanco
y eso me llena de vertigo

Con un poco de trabajo, podria llegar a ser el esbozo de una idea para un poema, pero estaba intacto desde que Gella lo habia escrito hacia dos anos. Eso era lo que venia perfilandose desde hacia un tiempo, ese vertigo del que hablaba en el ultimo verso, que luego se convertitia en caida libre de la que todavia no se podia recuperar. A veces parecia que iba a tocar fondo, cuando volvia a abrir el baul y sacaba las cosas, las leia, veia sus dibujos o se ponia a ensayar algunos pasos de danza contemporanea. Parecia que estaba decidiendo a retomar con todo eso, a volver a ejercitarse en todas las doctrinas que se supo desempenar; pero no. Eran simples miradas retrospectivas cargadas de nostalgias que le hacian ver el presente como algo miserable y muy lejano de las buenas cosas de ayer, los viejos tiempos.
Entonces habia que consolarla, pues se largaba a llorar desconsoladamente. Poco habia que hacer en esos casos, porque por mas que Victor tratara de hacerle entender racionalmente que no todo estaba perdido, que todavia estaba a tiempo de comenzar de nuevo, que podia recomenzar en ese mismo instante si se dejaba de llorar, ella no reaccionaba de la manera que el deseaba. En esos casos ella preferia tirarse a la cama y permanecer un buen rato sin que nadie la toque, sin que le digan palabra, hasta que aceptara la realidad de que las cosas no iban a volver a ser como eran antes, que de ahora en mas lo unico que le quedaba era aceptar los momentos de total decandencia hasta que se desmorone todo de una vez.
O bien, ella preferia que le diga que todo estaba bien, llenarla de consuelos con mentiras, confalsas esperanzas de una espontanea recuperacion magica. Pero el no sabia como mentirle, no sabia pronunciar las palabras que queria oir, solo sabia ir con la verdad, con los hechos, que era que ella no hacia nada, y en lugar de estar empleando su tiempo en pensar en cosas para hacer, preferia pensar en cosas que no pasaban, y cosas que no podrian tener lugar en la realidad de un mundo racional, como en el que vivian. Porque era mas posible para el que ella quedase eternamente estancada en la cama llorando a que, segun ella, algun dia alguien iba a venir a decirle algo y publicar sus cosas o hacer una exposicion de sus dibujos. Ahi era cuando el se irritaba y cedia con las explicaciones razonables que le daba y la dejaba ahi tendida en la cama hasta que termine con su teatro. El, en cambio…
El, en cambio, tenia las cosas mas claras, o por lo menos no hacia tanto planteo acerca de como las cosas son o tendrian que ser. Simplemente dejaba que los hechos tomen su curso como quien no se atreve a alterar la corriente de un rio, no por miedo o falta de voluntad, sino por un laissez-faire muy arraigado. Si las cosas vendrian, se presentarian de una sola vez, sin vueltas, o sea, bienvenida. Pero no podia hacer cambiar de parecer a Gella. Ella tenia en esencia, todo lo que se necesitaba, pero carecia de iniciativa. El trataria de hacer todo lo posible por brindarle esa iniciativa, que le sirva para su proceso creativo como un empujon, que tomaria el efecto de avalancha en cualquier momento. A veces ella sentia gran envidia hacia esa actitud tan calma, casi pasiva de Victor. Veia como se paseaba de una lado a otro sin importarle demasiado si andaba con frio o con calor, con o sin dinero, solo o acompanado. Pensaba en el como un animal sumamente independiente, com o un gato o un escritor. Lo solia mirar con grandes ojos de admiracion al pensar que el su seria el que un dia se pueda dedicar a hacer arte, vivir la vida plenamente, hacer cosas sin importarle realmente las posibles consecuencias a futuro. Pero de cierta forma, Gella se consolaba que el por el momento tampoco se dedicaba a sacar lo mejor o peor de si y colocarlo en un papel. Mientras que el se dedicara exclusivamente a leer o ver esporadicamente obras de teatro o una exposicion de cuadros, y no a escribir o a moverse en torno a una doctrina artistica, todo en ella se componia. En alguna medida ella pensaba, en medio de ataques de venenosa envidia, que estaba bien que Victor, como ella, no hicieran nada, siguiendo un principio de constante comparacion con el otro. Se contentaba asi de la inactividad de Victor, sin pensar siquiera que tambien estaba presente su propia inactividad. Habia ideado un principio que funcionaba de consuelo.Basicamente, consistia en no hacer para ser, que no tenia ningun fundamento de ningun tipo, pero a ella le servia para no condenarse como lo hacia en aquellos ataques.
Pero de lo que Gella no se tenia que enterar era que el no necesitaba ningun tipo de teoria casera para no caer en la angustia del estancamiento de la produccion artistica. El se consideraba como una creacion artistica en si, la obra de un artista azaroso, inacabado, un ser descarrilado de todo tiempo y circunstancia que lo ate y lo condende, una conjuncion de teorias filosoficas, experiencias semitragicas, y pequenas porciones de todo tipo de novelas con las que el se identificaba y emocionaba, todo esto empaquetado en un cuerpo joven y descuidado, por su condicion material y su postura de ataque a la estetica renacentista del momento. Victor no dejaba escapar a Pindaro en todo esto, que habia leido una vez, y enunciaba que habria que convertirse en uno mismo, dicho esto hacia veinticinco siglos atras, teniendo vigencia hoy dia. Pensaba.

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