miércoles, 26 de marzo de 2008

17









Con la cuestion gelleana a cuestas, mochila pesada, se preguntaba acerca de la quimica de los sentimientos, la elaboracion de un sentir en comun entre los dos, surgidos de la conciencia de quererlo, si eso era posible. A fin de cuentas, uno sentia lo que creia que se sentiria eso antes de que no lo perciba, el nombre esencial a la sensacion, condicionandola y creando distancias abismales entre las personas. Estaba casi seguro que jamas se entenderia con Gella. Mas alla que acuerden en un pacto explicito los limites de sus sentimientos, jamas podian coincidir que eso que se lo habian imaginado de diferente manera era lo mismo con ese nombre en particular, ya que ambos se lo habian imaginado de diferente manera cuando solo escuchaban el nombre generico de los sentimientos en boca de los adultos y con esa particular frase de cuando seas grande.
Pero ya eran grandes y no se le parecia en nada. En el fondo, era ese rencor que guardaba hacia lo que le habia tocado, hacia lo que le habian prometido y no se acercaba ni un poco a ese mundo de experiencias y sentidos maduros.
Si Gella anunciaba que estaba anunciada, probablemente a los pocos dias sufria una recaida depresiva a causa de sus ganas de sentirse de esa manera. Pero nuncaun sentimiento iba a ser tan profundo y tan real como habian pensado que seria. Esto se siente asi? Que desilusion. Tanto para nada. Y en en fondo todo tenia una misma raiz, tanto los sentimientos que decian sentir como aquellos casi sintomaticos de la relacion, todo se estructuraba en base a esa insatisfaccion y resentimiento hacia un mundo que no era capaz de ofrecer mas. Los ideales de amor eterno no sobrepasaban de los limites del cuadrado del papel de las cartas. Y habia que llenar los dias con otras cosas. Los juegos, las cartas, que lograban, cual el verdadero objeto de fingir y ser conciente de eso, de que un sentimiento que es fingido solo es valido mientras el otro acepte el juego y finja entender lo que el otro se refiere y comparta.
La vida de papel de Victor era quiza mas palpable a la que verdaderamente llevaba con ella. Era mucho mas reconfortante darse cuenta de que podia meter la mano en el bolsillo de la campera y encontrar una carta que antes no estaba ahi, y deleitarse un buen rato con las composiciones que hacia Gella, tratando de descifrar de donde habia extraido esos fragmentos de textos tan desubicados y tan notoriamente plagiados. Un polo al cual Victor veia la necesidad de recurrir, cada vez que rebotaba de realidad en realidad: el surrealismo del primer encuentro, la creacion de una gella elliana (y convencerse a la fuerza de que es asi), los melodramas, las cartas, y cada vez mas aislado de ella, aquellas charlas solipsistas, la ginebra bols guardada en el placard de la habitacion, la literatura como modo de vida, pero no la vida como modo de literatura.
Y mierda una vez mas, se decia. Por que hacerse tanto planteo esteril y condenarse a una misma respuesta siempre, con la insatisfaccion y el malestar metafisico? Suponia que Gella no se hacia esas preguntas y quiza era menos infeliz, como una planta. Nombrar las cosas por su nombre no era algo tan bueno despues de todo.
La poesia se habia equivocado. Nada tenia para remediar esto. Solo mostrar el estado de catastrofe espiritual en su maximo esplendor, de una manera bella, sumamente estetica, cuidando las formas de un sublime soneto. Quiza habria que mandar por la borda a los sonetos, pero esa no era la solucion al problema universal. Quiza la poesia le retribuyera esa sensacion de casi conforme con uno mismo en lugar de dejarlo a la deriva de sus sentimientos descarnados para un banquete en el cual comia el solo. Quiza habria que permitirse otras formas, repensar a Gella, replantearse a uno mismo, volver a construir la imagen mitica de un hombre que podria llegar a ser eso, despojandose de la angustia de la belleza y no buscandola forzadamente, esperandola, sin mas parametros. Quiza habria que. Quiza habria, quiza.

No hay comentarios: